Emplear la IA con el fin de proveer vacunas para todos
Por Susan González y Zachary Solomon

La aplicación de vacunas, hasta la fecha, ha sido de todo menos ordenada. Cada estado establece sus propios parámetros en cuestiones de elegibilidad y tiene que enfrentarse a un suministro o almacenamiento limitado. Las vacunas se pierden, caducan, o son administradas a la gente en el orden incorrecto; así, tu sobrina sana obtiene la vacuna antes que tu padre de edad avanzada.
Hemos también aprendido que la vacunación ha sido administrada de manera desproporcional, olvidando que las comunidades de color constituyen un mayor número de la cantidad promedio de trabajadores esenciales.
La disparidad es significante. Los afroamericanos tienen tres veces más la posibilidad de morir de Covid-19 que los blancos. Por otro lado, la gran cantidad de información publicada de Covid-19 no se compara con la que se encuentra disponible en español.
Hay formas de hacer que la administración de vacunas sea más equitativa. Por ejemplo, la inteligencia artificial es usada para combatir el Covid-19. Desde el comienzo de la pandemia, la IA ha ayudado a rastrear la propagación del virus, así como a la investigación referente a vacunas. Ahora que las vacunas se están globalizando, la IA se ha usado para gestionar las cadenas de suministro y para analizar las vastas cantidades de datos requeridos para monitorear el progreso en la vacunación.
Y eso es solo el comienzo, si se usa adecuadamente, la inteligencia artificial puede continuar compensando las deficiencias en los programas de vacunación.
Una forma concreta en la que la IA puede ayudar, es a través del uso de mensajería dirigida. Se puede crear un algoritmo de manera que envíe mensajes de texto a aquellos que son seleccionados para vacunación. Estos mensajes generados automáticamente podrían resaltar los beneficios personales de las vacunas, contrarrestar las ideas falsas acerca de los riesgos en la vacunación y proporcionar información de cuándo y cómo ser vacunados. Un modelo como éste podría representar una respuesta justa ante la realidad de que muchas comunidades de color usan sus dispositivos móviles exclusivamente para tener acceso a Internet.
Ante todo, es importante que cualquier seleccionado para ayudar en la lucha contra el Covid-19 sea escrupulosamente evaluado por expertos en las áreas de sesgo humano (bias) y ética de la IA. La inteligencia artificial debería ser nuestra aliada en tiempos como éstos, no una enemiga.